Lucho Bermúdez se erige como uno de los pilares fundamentales en la internacionalización de la cumbia y el porro, ritmos emblemáticos del Caribe colombiano, a partir de la década de los cuarenta. Su genio musical adaptar estos ritmos folclóricos del Caribe colombiano para que se interpreten en los salones de baile, lo cual facilitó su atractivo para que estas adaptaciones se interpreten en otros países latinoamericanos. En la mitad de los años cuarenta la talentosa cantante Matilde Díaz se unió a la orquesta de Bermúdez y juntos grabaron piezas que se convertirían en clásicos del repertorio colombiano, muchos de los cuales están incluidos en San Fernando y otros éxitos inolvidables de Lucho Bermúdez y Matilde Díaz.
El porro, en su expresión de canto, música y baile, gozó de una recepción que permeó todos los estratos sociales de Colombia. La estructura instrumental de las agrupaciones también evolucionó, con jazz bands que incluían trompetas, trombones, saxofones, contrabajo, batería y percusión antillana, reemplazando a los conjuntos tradicionales. Un ejemplo notable de esta evolución es «San Fernando», una composición de Bermúdez en homenaje al club de Cali que le permitió interpretar su música. El disco no solo incluye cumbias y porros, sino que también presenta una variedad de otros ritmos, como guajira, sonsonete y bolero, demostrando la versatilidad y riqueza de la obra de Bermúdez. Entre los temas emblemáticos se destacan «Navidad negra», «Mi cumbia» y «Salsipuedes», solo por nombrar algunos. La obra de Lucho Bermúdez tuvo un impacto significativo en la música latinoamericana y este álbum resume su legado.