Los años 1967 y 1968 fueron determinantes en la carrera de Armando Manzanero, pero en aquel entonces su nombre ya era reconocido por figuras relevantes de la industria musical mexicana. Manzanero comenzó su carrera profesional en 1957 como pianista, acompañando a destacados intérpretes como Lucho Gatica, Pedro Vargas, Carmela y Rafael, Luis Demetrio, y Daniel Riolobos. Y desde allí empezó a trabajar como compositor para artistas como Angélica María.
Luego que una de sus composiciones, «No», interpretado por Carlos Lico, alcanzó las primeras posiciones en las listas de popularidad de América Latina, atrajo la atención de la filial mexicana del sello discográfico RCA Victor, que lo animó a grabar sus propias composiciones. En 1967, bajo la presión y el apoyo de RCA, Manzanero lanzó su primer disco titulado Mi primera grabación, a pesar de que Manzanero consideraba su voz poco adecuada para cantar boleros, género predominante en la primera etapa de su carrera discográfica.
En 1968, Manzanero lanzó el disco Somos novios, que consolidó su posición en la música romántica. El título del disco, se convirtió en una de sus canciones más icónicas, y fue adaptada al inglés por Sid Wayne bajo el título «It’s Impossible». Fue popularizada por Elvis Presley en 1973 y Perry Como en 1970. Esta adaptación internacional ayudó a llevar la música de Manzanero a un público más amplio.
Sus composiciones, caracterizadas por letras emotivas y melodías accesibles, influenciaron a una generación de músicos y dejaron una marca indeleble en la canción melódica latinoamericana. Canciones como «Voy a apagar la luz» y «Pensando en ti» demostraron su capacidad para capturar la esencia del amor y la introspección emocional. Igualmente temazos como «Te esperaré» y «Pensamiento».
Las canciones de Manzanero han sido interpretadas por una amplia gama de artistas internacionales, incluyendo a Eddie Gorme, Paul Mauriat, Raphael, Tony Bennett, Elvis Presley, Elis Regina y Luis Miguel, lo que subraya la universalidad y el atractivo duradero de su música. Su talento innato, no sólo le permitieron alcanzar el éxito personal, sino que también revitalizaron la música romántica en español, dejando un legado que perdura hasta hoy.