Aunque Miguel Aceves Mejía cantó rancheras desde temprana edad, inició su carrera en la radio como cantante de boleros. Después de más de una década como cantante de radio, la fortuna de Mejía cambiaría cuando una huelga de músicos (de la que él ni los mariachis formaban parte) lo llevaría a grabar rancheras por primera vez. Era el momento perfecto, con el auge del cine mexicano la ranchera vería un aumento en popularidad en todo el continente, y Mejía estaría a la vanguardia del movimiento.
En su álbum debut se encuentran cinco canciones compuestas por un joven pródigo que el propio Mejia había descubierto en un restaurante: José Alfredo Jiménez. Mejía fue capaz de capturar de manera experta el anhelo, el desamor y la pérdida que hacían cautivadoras canciones como “Ella” y “Tu recuerdo y yo” de José Alfredo. Pero es con «Penas del alma (Entre copa y copa)», de Felipe Valdés Leal, donde Mejía brilla más en sus interacciones con el mariachi y con sus gritos típicos, que uno se imagina rodeado de amigos lamentando a la mujer que le hirió.