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«Clics modernos» Charly García

Argentina

Pop rock - Rock

1983

SG Discos

“Hace poco la cosa cambió para bien. Se debe haber equivocado la historia con nosotros, porque siempre nos pasa mal”. 18 de diciembre de 1983, Charly en el Luna Park presenta Clics modernos. Apenas ocho días después de la asunción de Raúl Alfonsín, que marcó el fin de la última dictadura cívico-militar de la Argentina. Momento bisagra. Corte de tajo con un pasado folk y progresivo. El disco que despide con baile, sintetizadores y fiesta los últimos fantasmas de la represión militar.

A más de 40 años de distancia (y de democracia), Clics modernos sostiene su carácter de monumento, no sólo en la trayectoria de Charly, sino en la historia del rock argentino y latinoamericano. Monumento, piedra de toque, pero no de mármol infranqueable, sino siempre maleable, dispuesto a dialogar con las generaciones venideras. Ahí están los covers recientes por parte de Dillom y Wos.

Para 1983 Charly vivió demasiadas vidas. Antes de los 22 años ya había escrito con Sui Generis dos himnos, “Canción para mi muerte” y “Rasguña las piedras”, bajo el paraguas del folk-rock de los setenta. Después vinieron La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán. Rock progresivo de alto rendimiento que piloteó los años duros de la dictadura militar.

Ya como solista, el corte de Charly con el pasado fue por todo lo alto. Yendo de la cama al living fue un primer aviso. Recién desempacado en Nueva York llegó con fajos de billetes a los Electric Lady Studios, que le abrieron sus puertas de par en par. Ahí conoció al productor Joe Blaney y decidieron no usar un baterista sino una caja de ritmos. Así el sonido del álbum incorporaba muchos hallazgos de la new wave, y sorprendió a buena parte de la crítica y el público. En una escena de la serie El amor después del amor un periodista le menciona una frase de Spinetta: “Ahora los chicos bailan con Charly”, a lo que García responde: “Yo bailo con Spinetta”. La foto de la tapa se tomó junto a unos grafitis en la esquina de Walker Street y Cortland Alley, hoy nombrada con justicia “Charly Garcia Corner”.

El nuevo Charly en democracia reflexiona sobre los fantasmas de la dictadura (“Los dinosaurios”, “Nos siguen pegando abajo”, “Huellas en el mar”) y una nueva visión irónica de lo que está por venir: (“Dos, cero, uno”, “Bancate ese defecto”, “Nuevos trapos”). Así que su poderosa reflexión sobre los militares y los desaparecidos (“Los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer”) convive con un cierto desencanto del porvenir (“Están pasando demasiadas cosas raras para que todo pueda seguir tan normal. Desconfío de tu cara de informado y de tu instinto de supervivencia”).

Con más de 40 años de existencia, Clics modernos representa una forma de entender el rock latinoamericano, donde la tensión entre lo político y lo personal, y entre los sonidos anglo y el color local, logran un equilibrio y un lenguaje propio. Esta tensión, en cierta medida, definiría mucho del rock de la región en los años que estarían por venir. Charly se mantendría (se mantiene) en el Olimpo por muchas décadas más.

José Juan Zapata