Dice la historia que Homero Guerrero soñaba con ingresar en el Colegio Militar. Al final no pudo cumplir su sueño de ser cadete, pero sí se convirtió en músico y pudo encabezar uno de los conjuntos norteños más queridos de la frontera México/Estados Unidos. Pero la historia no empieza en su natal Linares, Nuevo León (una ciudad al sur de Monterrey), sino en Texas, donde Homero recibió la oportunidad de grabar con distintos sellos discográficos hasta llegar a Ramex, en Houston, donde se unió a Lupe Tijerina para formar Los Cadetes de Linares y lanzar en 1975 su primer álbum, Los dos amigos.
En este primer material (del que originalmente se hicieron 200 copias en 1974) se muestra la habilidad del dueto para componer e interpretar diferentes estilos de música norteña: corridos (“Los dos amigos”) boleros (“Añorando tus besos”) y polkas rancheras (“El palomito”). Y fue el inicio de una fructífera trayectoria que los mantiene grabados a fuego en el imaginario social del norte de México, como un soundtrack indispensable de cantinas, carnes asadas y fiestas. Homero Guerrero falleció en 1982 en un accidente de carretera, y su lugar lo ocupó Rosendo Cantú. Tras la muerte de Lupe Tijerina en 2016 (y la bifurcación en numerosos grupos de familiares que usan el mismo nombre), podría decirse que los Cadetes de Linares de Rosendo Cantú es la única agrupación heredera de la ‘línea fundadora’.