En enero de 1999 un accidente de carretera se llevó la vida de tres integrantes de Intocable. Este suceso trágico disparó uno de los discos más potentes de la banda de Zapata, Texas. No sólo desde la parte emotiva, donde recordaron a sus compañeros fallecidos en “El amigo que se fue”, también desde lo musical, consolidando su sonido norteño tejano con un alto nivel técnico y de producción. Temas como “Fuerte no soy” muestran la gran evolución del género al final del siglo XX: una power-ballad norteña de intrincados pasajes instrumentales, que logró un gran éxito en ambos lados de la frontera.